“No importa, la pintura era mala” por La Tronkal

“No importa, la pintura era mala”


En tiempos de “liberalismo democrático”, los miembros de La Tronkal. Grupo de trabajo geopolíticas y prácticas simbólicas llamamos la atención sobre las fuerzas en juego que subyacen a las relaciones de poder y que  permean el campo artístico y cultural. Es urgente cuestionar cuáles son las implicaciones éticas y políticas de nuestro accionar. Es necesario un  lugar de enunciación crítico y autocrítico que resista la instrumentalización desde del Estado, las industrias culturales y el mercado. Es fácil constatar que el capitalismo cultural se encuentra empeñado en neutralizar y despolitizar el poder disruptivo de las prácticas críticas del arte.


Somos testigos de cómo la matriz de poder opera históricamente en la escena del arte ecuatoriano; de cómo una serie de prácticas patriarcales, autoritarias y colonialistas logran controlar, vigilar, censurar y vaciar la capacidad crítica del arte; y de cómo ciertos actores de la escena artística y cultural encubren sus sintonías con el poder dominante  tras una constante lógica subalternizadora. Bajo la ficción de una aparente negociación impiden enfrentar la colonialidad del ser, del saber y del hacer. El abuso del poder se actualiza constantemente. Una serie de mecanismos “simulan” la participación democrática de los actores culturales, cuando en realidad las cartas ya están jugadas, y los límites al arte claramente impuestos.


En el horizonte de estas reflexiones, quienes hacemos La Tronkal -críticos de los relatos dominantes- reivindicamos  al arte como motor indispensable para la construcción y activación de la esfera pública. A través de la interlocución, acción y reflexión entre prácticas artísticas, culturales y sociales es posible suscitar debates, discrepancias y acuerdos. En el diálogo se genera la necesaria pluriversalidad epistémica de las prácticas artísticas confrontada con las múltiples formas de domesticación, sujeción y opresión.

Inspirados en la larga trayectoria de las luchas decoloniales, más que nunca vigentes, apoyamos la participación horizontal en los procesos de producción, circulación, validación y crítica de lo simbólico. Desde La Tronkal exigimos el respeto de las distintas formas de creación e interpretación, razón por la que repudiamos todo tipo de autoritarismo heredero de la larga noche colonial que se reactualiza a nombre de la “democracia” y la “participación”.


Invitamos a revisar la matriz de poder que el discurso “autorizado” del arte pretende naturalizar, evadiendo la reflexión y arrogándose la función de calificar productos artísticos como buenos o malos. Solo desde la pervivencia de este patrón de poder es posible situarse como exégeta y cínicamente afirmar, en sintonía con el poder hegemónico, “no importa, la pintura era mala”. Por esto repudiamos la desautorización y censura. Convocamos a un diálogo abierto para el afianzamiento de nuestras prácticas simbólicas.


La Tronkal. Grupo de trabajo geopolíticas y prácticas simbólicas


Miguel Alvear, María Fernanda Cartagena, Mayra Estévez Trujillo, Falco (Fernando Falconí), Samuel Fierro, Alex Schlenker, Edgar Vega.

23 de octubre, 2009

Comentar

*

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.