Bananas

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  1. «un pescador con dos baldes. uno esta lleno de cangrejos ecuatorianos y el otro de cangrejos inglese. este ultimo se encuentra tapado. un posible comprador pasa por el lado del pescador y le pregunta por qué tiene el balde tapado. el pescador responde: si lo dejo abierto el grupo de cangrejos ingleses realizará una cadena, montándose unos sobre otros y lograrán escaparse, encambio el de los ecuatorianos están tan absortos en la tarea de escapar que sólo son capaces de agarrarse de la pata del que está más arriba para tratar de salir».CRAC valparaiso pag 19, adecuado a contexto ecuatoriano)

    David pregunta: ¿Alguien sabe cómo funciona el arte en Guayaquil?
    yo creo que muchas veces los mismos quiteños no sabemos como funciona el arte en nuestra ciudad. cada grupo o galería tiene su publico, y es casi imposible juntarlos a todos (rivalidades, paternalismo, falta de investigación), y eso que somos una ciudad pequeña comparada a otras ciudades latinoamericanas donde el circuito del arte es parte de los flujos de la ciudad.
    he estado averiguando sobre redes de arte contemporáneo en Latinoamérica, es increíble ver que existen encuentros sobre espacios, y formas de gestión y visibilidad para el arte de la región, y que los artistas, galerías, colectivos, etc. de Ecuador no se encuentra incluidos en la mayoría de ellas, a excepción de al Zurich que me parece un ejemplo dentro del contexto. (si me equivoco perdonen la ignorancia)
    Creo que la falta de redes dentro de los espacios expositivos genera una mayor separación entre los espacios de difusión y sus artistas.
    En otras ciudades podemos ver publicaciones mensuales de todas las galerías y sitios de exposición ubicadas en la región, y vemos que coordinan sus fechas para que los distintos públicos puedan asistir. y de igual forma que los artistas puedan tener mayor fluidez de exposiciones, y VARIEDAD.
    Las redes entre espacios y artistas incluso es una fuente de información para gente que no vive en la ciudad pueda incluir el arte contemporáneo en su visita a Quito.
    pero estamos acostumbrados a vernos las mismas caras siempre.
    ¿nos hemos vuelto un circuito de cocteles?

    «Es posible pensar que en el momento en que las redes de trabajo son efectivas y afectivas, nuestra experiencia artística se convierte en un paisaje que influye en los acontecimientos de la ciudad» CRAC – VALPARAISO

  2. Hu Ang says

    En la colonia, la distinción de clases se daba (y tristmente se sigue dando) desde nociones obsoletas como el abolengo (nobleza) o el grado de consaguineidad con la madre patria (España). En nuestros tiempos opino que el arte formal ha ocupado ese lugar. Esta manifestación artísitca (que dista mucho de ser la única) es vista como una recurso para acumular capital cultural (a la Bourdieu) y así lograr una distinción entre los miembros del mini mundillo de los artistas. En este proceso se deja completamente de lado al gran público que ya de por sí tiene bien poco interés en esta forma de arte

    Aunque la acumulación de dicho capital tiene relativamente poco efecto fuera de la pequeña cúpula conformada por artistas, curador@s, galeristas, prensa cultural, etc, quienes lo poseen acceden a privilegios dentro de esa misma cúpula que como se va comprobando son escasos. Me refiero a cuestiones de financiamiento, espacio en galerías, suscripción de obra a convocatorias internacionales y curadores, cobertura mediática, asistencia a las inauguraciones, etc. Algunos de estos aspectos son vitales para que la escena no desaparezca, pero otros son abombantemente obsoletos (el acohol como excusa para socializar una exposición que nadie comprende? ¡Ahí está la obra, en las copas!)

    No todos pueden pertenecer a la cúpula de la élite artística (porque los asientos están contados) así que lo que inocenentemente llamas egoísmo entre los artistas yo lo describo más como mezquindad. Mezquindad que nace del saber que la visbilización, el exponer en arteactual, el ser comentado por curadores de prestigio o demostrar una suedocomprensión y una imitación contextual de las tendencias que nos llegan de fuera, te distingue y te hace MEJOR que quienes no están en esta élite. Ser artista es un trabajo no más importante que levantar paredes, enseñar matemáticas o cocinar en un comedor. Pero nos enamoramos tanto del Jet Set asociado a los YBA’s que soñamos con ventas millonarias y exhibiciones itinerantes a nivel global.

    Hay una tarea de introspección sobre cuál es el rol social del artista en nuestro tiempo y en la realidad de este pueblo grande, andino, curuchupa y neoliberal que debe hacersa YA. Mi galería es la calle, mi dosis de arte es el grafitti, el Zurich o Bijari. Que pena que no haya más escultor@s callej@ros o más performers callejer@s que no se limiten sólo a «rodar» en la calle para luego apelar con estos videos al reconocimiento de las élites a las que me he referido antes.

    El arte contemporáneo existe pero no funciona porque la gente que no va ala galería está viendo fútbol y caiga quien caiga, bailando reggaetón, comiendo encebollado, rezándole a la virgen y paseando los guaguas en la Carolina. Revisemos un poco los escritos de Nicolás Bourriaud y el trabajo de Carsten Höller, Rirkrit Tiravanija, Vanessa Beecroft, Maurizio Cattelan, Jens Haaning, Felix Gonzalez Torres, Guillermo Gómez-Peña.

    Creo que la búsqueda de la distinción dentro de la mini cúpula nacional con miras al reconocimiento internacional y todo lo que esto conlleva no nos deja pensar con la cabeza fría sobre cuáles mismo son los objetivos de nuestro arte contemporáneo… Creo que a muchos les gusta el status quo tal como está (no vaya a ser que se berree el arte, uy que miedo!)

    Espero los lectores puedan apreciar la pasión cínica y el fervor comprometido de estas palabras.

    Hu Ang (Juan Zabala)

  3. Uno de los grandes problemas que tiene el mundo del arte contemporáneo en la ciudad es que la convocatoria que tienen la exposiciones, es minúscula comparada a la enormidad de gente que no le interesa. Hay algunas causas para eso:

    -Es tan difícil conseguir dinero que a las personas simplemente no les interesa perder el tiempo apreciando arte contemporáneo. Prefieren trabajar.

    -El mundillo del arte es tan pequeño comparado al volumen de la sociedad que simplemente desaparece.

    -Todavía no se descubre un tipo de arte que llegue a la sociedad quiteña y le enganche periódicamente.

    -Todos pecamos de egoísmo e incluso cuando se crea un colectivo, este peca de un egoísmo general proyectado por sus miembros. Guerra de guerrillas.

    Una solución que se me ocurre y estoy tratando de ponerla en práctica es esta: Como egresado de la escuela de artes teóricas más recalcitrante de la ciudad (del país) no percibo a ese aprendizaje como la excusa para hablar a todo el mundo con el mismo tono. Me explico: entre colegas usaremos los términos más adecuados para participar las ideas más abstractas; entre artista y espectador sin embargo, hay que cambiar los términos, no porque asuma que este no pueda comprender, sino simplemente porque, como cualquier disciplina, la teoría del arte tiene términos tan específicos que no funcionan en un sentido general.

    Dicho de otra forma, si un medico nos habla como si fuéramos su colega, nos haríamos una idea vaga de lo que habla, pero a la larga perderíamos el interés.

    “Los niños al igual que los extranjeros en cualquier país, forman ideas erróneas de cómo funciona su medio ambiente. De una forma u otra sienten temor ante las cosas con las que no están familiarizados, y están deseosos de aprender y ganarse la aceptación de los mayores. Con objeto de estar en condiciones de enfrentarse a nuevas experiencias, con frecuencia tienen que recurrir a la interpretación de la vida en términos asequibles a su comprensión. Los adultos ven sólo fantasías en estas interpretaciones.

    Los niños estiran o encojen el tiempo y el espacio en un intento de comprender el enorme tamaño del universo. Se siente más a gusto empequeñeciendo los grandes conceptos de manera que encajen en su propia perspectiva.”

    Enciclopedia de la Vida. Bruguera, pág. 718.

    Podríamos quedarnos enajenados entre las conversaciones con los amigos, pero llega un tiempo en el que precisamos de alguna función social que nos permita sobrevivir como artistas en una sociedad que tiende a menospreciar lo que hacemos.

    ¿Alguien sabe cómo funciona el arte en Guayaquil? ¿Creo que son más prácticos no? Acá somos más severos… si alguien sabe, cuente, cuente.

    En todo caso, hasta ahora no puedo superar este paradigma: El Arte con A mayúscula es socialmente inútil.

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