La invisibilización de ciertos grupos sociales suele relacionarse con la ausencia de su voz, de su palabra, en la esfera pública, pero es consecuente pensar que la inexistencia de imágenes de ellos podría condenarlos al olvido o a la extinción dentro de los imaginarios de sociedad. Ahí radica el poder –y la pertinencia- de fotografías que sean capaces de insertarlos temporal y espacialmente en otros contextos para, aun con las posibilidades limitadas de unas cuantas imágenes, mostrar entornos y hábitos de vida. Mostrar su cultura. O partes de ella.
En Tuutinentza, comunidad shuar de la provincia de Morona Santiago, los niños, que son muchos, también se imaginan jugando en estadios inmensos –con balones deshilachados- y anclan en la cotidianidad asistiendo a una escuela bilingüe (shuar y castellano) regida por una misionera salesiana.
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