Devoción. The 99’s Show. Carlos Vargas

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Probando el objeto del deseo

Cuando Carlos Vargas resuelve viajar por el país para lamer la cara de 99 agentes culturales (actores y actrices mayormente jóvenes de la escena artística ecuatoriana) parece duplicar en clave irónica la vigencia de ciertos mecanismos de posicionamiento y legitimación social sancionados y santificados por el establishment cultural: la pleitesía, la condescendencia y demás juegos cortesanos, hasta llegar al vasallaje instituido como principio de sobrevivencia y promoción personal. Así, su performance remite en primer lugar a un comportamiento animal (perruno), a un ejercicio de sumisión y dependencia: lamiendo al otro, cepillándolo, con frecuencia el devoto es aceptado por aquél, e integrado al circuito de los selectos, de los consagrados. Hasta aquí la intención declarada y manifiesta del artista, pero hay más.

Si recordamos que la lengua es el órgano privilegiado de la gustación, lamer también remite al gusto, al sabor de las cosas, al placer o rechazo que experimentamos al probarlas. “El gusto, el más íntimo de nuestros sentidos –ha escrito Julia Kristeva– comienza por un riesgoso avance hacia el otro: necesidad de respirar, de beber, de comer, y termina con un repliegue sobre uno mismo a fin de dejar fermentar, degustar y analizar la cosecha”*. Una vez que ha reconocido el poder simbólico de los personajes en juego, Vargas los ha investido de deseo, los ha convertido en el objeto de su deseo, y como tales, los ha seducido, los ha chupado, los ha deglutido. Bajo la engañifa de la veneración –de la devoción– y apelando a la lógica del canibalismo, el artista se ha apropiado hábilmente del otro, lo ha hecho suyo contagiándolo de su deseo, desacomodándolo, probándolo, esto es: poniendo a prueba sus límites y resistencias, sus capacidades de asimilación del otro y lo otro –la lengua, la secreción ajena e inesperada. Así, Vargas ha tragado voraz y alegremente su objeto, asimilándolo a su propósito crítico, para degustar, después, de su numerosa cosecha. Lengua bífida y pérfida: mientras lame critica lo que consume, y enseguida se nutre de lo devorado –digiriéndolo, rumiándolo– hasta convertirse en el actor número 100 de esta arbitraria galería de celebrities nativas.

Sólo queda disfrutar de los circunstantes y sus circunstancias en el instante en que son degustados.

 

 Cristóbal Zapata

 


* Julia Kristeva, “El cuerpo metamórfico: plantas, animales y monstruos”, en El genio femenino. 3. Colette, Buenos Aires, Paidós, 2003, p. 234.

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Fotografías de la muestra en la Galería Proceso, Arte / Contemporáneo en Cuenca, Dic 2012. 

(Fotografías cortesía de Galería Proceso, Patricio Palomeque, José Corral y Carlos Vargas)

 Registro de la muestra en video.

 

Fragmento Devoción Tour 99

Vargas Carlos L. Guayaquil, 1987.
Artista visual – Video, performance, instalación.
Con una pequeña experiencia previa dentro del campo de la producción en televisión y publicidad, Vargas ingresa al Instituto Superior de Artes del Ecuador ITAE donde actualmente está a punto de culminar la carrera de Artes Visuales. Partícipe en festivales y muestras tales como el FAAL (2009 – 2010), Bienal de Arte No Visual (2010, 2012), «Todo por un yorch» (2011 – 2012), presenta su primer corte de video-performance «Devoción» por primera vez en Cuenca (Noviembre del 2011) dentro de la programación de Cuarto Aparte plataforma independiente, espacio idóneo para iniciar las grabaciones de lo que sería su mayor proyecto «Devoción – The 99’s Show».

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