Replanteamiento de imagen corporativa para instituciones culturales del Colectivo Pánico. Ana Rosa Valdez y Karen Solorzano.

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ANTECEDENTES DEL PROYECTO

En la historia del diseño gráfico en el Ecuador, el sector de la imagen corporativa ha tenido diferentes repuntes, podemos precisar, la época del “boom” petrolero, la “consolidación” de las instituciones bancarias y en esta última década, la articulación de identidades corporativas para el aparato estatal.

El término “manual corporativo” ha logrado tener visibilidad a partir de que los ministerios refundaron y renovaron sus identidades.

El tipo de abordajes estéticos, con alusiones ancestralistas y patrióticas (cromática) de estas instituciones han sido efecto de muchas críticas de ciertos sectores especializados, aquí juega mucho la subjetividad de cada individuo y el “gusto” del cliente que aprueba estos proyectos.

Este tipo de “homogeneización” estética también se ha implementado sobre ciertas instituciones culturales, que sus imágenes han recaído tradicionalmente en lo “ancestral” y en su estructura comunicacional no logran tener una semejanza de contenido visual acorde con los contenidos de los eventos artísticos que están anunciando, haciendo visible una verdadera falta de “identidad” comunicacionalmente hablando, formando parte del “batiburrillo” de invitaciones de eventos que carecen de una estructura sólida de estas instituciones.

En esta categoría: Instituciones Culturales, el Colectivo Pánico (Oswaldo Terreros / Marcelo Calderón) ha decidido trabajar sobre dos instituciones, presentando un replanteamiento de imagen corporativa para ambas, con el objetivo de poder visualizar el cómo podrían verse, cuán funcional podrían ser sus estructuras visuales.

Estas aplicaciones gráficas fueron entregadas a cada una de éstas instituciones a las que ellas podrán utilizarlas en caso de ser de su agrado.

COLECTIVO PÁNICO

Oswaldo Terreros

Marcelo Calderón

Panorámica de la muestra. Foto: Tomás Bucheli

Entrevista con el Colectivo Pánico

Por Ana Rosa Valdez y Karen Solórzano

Desde una perspectiva crítica sobre la comunicación gráfica de las instituciones culturales del país, el Colectivo Pánico (integrado por Oswaldo Terreros y Marcelo Calderón) desarrolló propuestas de replanteamiento de imagen corporativa para el Museo Municipal de Guayaquil “MUMG” y el Centro de Arte Contemporáneo de Quito “CAC”. Estos proyectos fueron entregados a las autoridades de ambas entidades, Víctor Hugo Arellano y María Rosa Jijón, respectivamente, en un gesto de “colaboración” y “ciudadanía crítica”.

La exposición que tiene lugar en el Centro de Arte Contemporáneo desde el mes de noviembre de 2013 presenta aplicaciones gráficas para papelería, señalética, publicaciones, videos y otros dispositivos museales. Con esta iniciativa, el colectivo evidencia los problemas de la comunicación gráfica de las instituciones culturales en general, y presenta una posibilidad de renovación promoviendo la participación del público en este análisis.

A continuación, se presenta una entrevista entre los artistas y las curadoras de la muestra, en donde se discuten tópicos como la relación profesional entre arte, diseño gráfico y publicidad, las nuevas maneras de asumir la crítica a la institución del arte, la coherencia entre política cultural y comunicación gráfica, y la subjetividad detrás del “buen” o “mal” diseño gráfico.

***

ANA ROSA VALDEZ: En el marco de esta exposición, ¿cómo valoran sus experiencias profesionales gestadas entre el campo del diseño gráfico, la publicidad y el arte contemporáneo?

OSWALDO TERREROS: Las instituciones culturales tienen un poder de convocatoria muy grande, son lugares que tienen una responsabilidad social inmensa, en ese sentido analizamos las imágenes que se producen en estas entidades, y creímos que no tienen una estructura solvente o identificable, y que no son coherentes con las propuestas artísticas que difunden. Actualmente, el aparato estatal está en la mira de muchos diseñadores o creadores de imágenes corporativas. Pero creemos que el tipo de crítica que se da en las redes sociales no es ningún aporte. Por esto, consideramos pertinente plantear una propuesta de imagen corporativa sin una solicitud previa. ¿Cómo podemos hacer visible la posibilidad de una nueva identidad de los espacios del arte? Desde esta pregunta utilizamos el diseño gráfico como herramienta, específicamente en la construcción de identidad corporativa, que es el objetivo principal, luego viene el asunto de hacerlo visible en la institución del arte. Sería distinto haber realizado esta propuesta en otro espacio. Pensamos el lugar del arte como un lugar donde ocurren cosas, no planteamos esto como una obra, sino como una plataforma donde acontecen cosas.

MARCELO CALDERÓN: Estamos tratando de que el cliente se enfrente a una imagen que no había considerado como posible. La institución cultural, más allá de ser una entidad estatal, es un contenedor de información, no sólo debe comunicar lo que hace sino que debe comunicar sus contenidos en base a criterios gráficos solventes.

KAREN SOLÓRZANO: ¿Qué implicaciones tiene para esta propuesta que estos diálogos críticos tengan lugar en una de las instituciones que han sido analizadas?

OT: No es apropiado hablar de una institución desde otra institución.

ARV: ¿Por qué han seleccionado únicamente a estas dos instituciones?

MC: El MUMG es un sitio muy polémico, hubiera sido muy fácil entrar con un cuestionamiento banal, y nuestra intención fue desvincularnos de “esas maneras”. Más bien quisimos abordar a esta institución con todos sus conflictos, y aprovechar esto para hacer una propuesta factible. En el caso del CAC, pensamos que este espacio es criticado por su multiplicidad, sus distintas categorizaciones; a veces la gente no capta la diversidad de actividades que se realizan esto puede ser entendido como desorganización. Nos hemos basado en estos problemas de percepción para desarrollar una solución gráfica que aporte en funcionalidad.

 

Panorámica de la muestra. Foto: Tomás Bucheli

Panorámica de la muestra. Foto: Tomás Bucheli

OT: En los últimos años, para el MUMG ha sido un problema acoger obras de arte contemporáneo. Por esto, estamos presentando a esta institución como un lugar en el que pueden convivir obras de culturas prehispánicas, arte colonial, arte sacro, bienes numismáticos y arte contemporáneo.

ARV: ¿Pero que hay en particular en estas dos instituciones para que hayan arrancado la propuesta con ellas?

OT: ¿Por qué no entra la Casa de la Cultura aquí? ¿Por qué no entra el MAAC? ¿Por qué no otras instituciones culturales? ¿Por qué no seis? ¿Por qué no una de Cuenca? Lo más compacto para nosotros fue resolverlo como dos instituciones de gobiernos locales, de las dos ciudades más grandes, o de mayor población del país, que tienen una incidencia social mayor. El título de la exposición más genérico no puede ser, no podría ser patentado en el IEPI.

MC: Si ingresas a la muestra, no ves un enfrentamiento de dos instituciones, sino a una institución como nunca la has visto.

KS: En la relación arte-diseño que ustedes proponen, la metodología de investigación permitió un análisis técnico de estas dos instituciones en cuanto a sus imágenes corporativas el resultado de estas indagaciones fue, por un lado, la evidencia de un sistema de comunicación precaria y, por otro, la propuesta como tal de replanteamiento… Si el colectivo parte de un análisis a ambas instituciones, ¿qué determina que la propuesta sea presentada en el CAC y no en el MUNG?

OT: Es circunstancial, podría haberse dado en cualquier otro espacio artístico del país. Si hubiera sido en la Casa de la Cultura, habríamos desarrollado el replanteamiento de imagen corporativa para esta institución. Lo mismo hubiera ocurrido si hubiéramos analizado el Centro Cultural Libertador Simón Bolívar o Arte Actual.

ARV: Si la exposición hubiera tenido lugar en la Casa de la Cultura, se hubiera abordado a ésta, igual con Arte Actual y otras… ¿es decir que todas las instituciones culturales en el Ecuador manejan de forma ineficiente sus imágenes corporativas?

OT: Sí.

ARV: ¿Ninguna cumple?

OT: No. Por eso el nombre de la exposición es genérico.

MC: Cada institución no está consciente del potencial que tiene. Si bien unas le dan un mejor lineamiento gráfico que otro, pienso que nadie está consciente de lo que puede llegar a ser.

Panorámica de la muestra. Foto: Tomás Bucheli

Panorámica de la muestra. Foto: Tomás Bucheli

KS: ¿Pero estás hablando de las instituciones solamente públicas o también organizaciones privadas?

OT: Estamos hablando de espacios culturales. La Casa del Alabado, por nombrarte una privada. El Museo Presley Norton… ¿Todas las instituciones están mal? Bueno, sí. Y también por ese lado, ésta puede ser la manera de hacerlo visible. No visible tratando de decir qué ridículo que eres, sino más bien “mira cómo puede ser esto”. Si hubiéramos ido a estas instituciones a proponer esto, no hubiera tenido repercusión, por eso lo presentamos como una exposición de acceso público. La muestra no queda en el cubo negro del CAC sino que hay una expectativa sobre qué va a pasar. No termina el 16 de febrero de 2014.

MC: Porque es un trabajo final entregado. Tanto en la posibilidad de que lo acojan o no.

OT: ¿Por qué ahorita? Se reactivan tantos problemas de identidades corporativas como la del IEPI. En las redes sociales, hay gente del campo del diseño gráfico que está hablando de esto. Pero todo queda en la crítica.

MC: Esta propuesta fue estructurada sin un cliente, es decir alguien que solicita el servicio de diseño de imagen corporativa. Por esto, estamos presentando un proyecto que no atravesó ningún filtro. Por lo general, en la discusión entre el cliente y el diseñador, hay una tendencia a “tirarse la pelota” cuando el trabajo final es mediocre.

 

Detalle de la muestra. Foto: Tomás Bucheli

Detalle de la muestra. Foto: Tomás Bucheli

OT: También es una pregunta sobre nuestra profesión. ¿Cuán necesario o primordial es nuestra labor? Por suerte, en el campo en que nos desenvolvemos no hay peligro de muerte, o sí. ¿Por qué se piensa que tener un buen diseño tiene que ser un lujo? ¿Por qué algunos diseñadores pensamos que nuestro trabajo tiene que ser muy bien remunerado? ¿Por qué hay una diferencia entre un profesional del diseño y otro? Ahí aparecen varias opiniones sobre el buen diseño y el mal diseño. Pero creo que el asunto debería centrarse en lo funcional y en parámetros estéticos solventes.

MC: ¿El cliente necesita lo que estamos planteando ¿O nosotros estamos sobredimensionando esto porque estamos sesgados desde nuestra perspectiva de diseñadores? También es algo que entra en debate, porque estamos entregando una propuesta que para nosotros es correcta, y tal vez para el cliente no.

ARV: Retomando lo que dice Oswaldo, el diseño gráfico busca funcionalidad. En este sentido, vale traer a colación otras obras de “propuestas” en el arte contemporáneo local, como “Lo constructivo desde un soporte urbano” de Oscar Santillán e Ilich Castillo, “Contenedor Fase II” de Juan Carlos León, “Propuestas para el pabellón de Ecuador en Venecia” de Karina Skvirsky Aguilera, y la misma “Propuesta de mural para la Universidad Superior de las Artes” del Movimiento GRBS, entre otras… Pienso que es importante señalar que en estos casos se está imaginando una una posibilidad que no es real, es más bien utópica. La propuesta de “Replanteamiento…”, en cambio, no tiene esa intención, no idealiza sino que busca hacer factible que las instituciones acojan la propuesta, el recurso del diseño gráfico potencia esta factibilidad.

OT: Sobre las otras obras, todo depende de a dónde quieren llegar… Prefiero no hablar de las otras obras, sino sobre la “Propuesta de mural para la Universidad Superior de las Artes”. ¿Hasta qué punto quisiera que ese mural exista en ese lugar? ¿Cuál es mi intención? Hacer un poco más visibles las gestiones que se están realizando allí. ¿Cuál debería ser mi posición si me llama la Universidad para ponerlo en su espacio? Obviamente no lo harán. En esta propuesta, en cambio, hay una intención de que sea factible, la obra no queda ahí, entra al campo de una realidad, la otra se queda en una ficción que plantea algo innecesario, y tiene la intención de que sea innecesario.

MC: Las obras que mencionas son propuestas igual, pero lo interesante acá, sin desmerecer lo uno de lo otro, es que en este caso no se requiere aterrizarlas, analizar costos, ver si es factible, porque el trabajo está terminado, entregamos un producto final, es suficiente para que el cliente lo acoja y mañana esté al aire.

OT: O para que el cliente puede analizar lo que es más conveniente.

MC: Hemos planteado una base, y es hasta ahí donde llega nuestra propuesta. Si el cliente la acoge y quiere modificarla está en plena libertad de hacerlo. Para nosotros es una propuesta final, pero el cliente no tiene que regirse a ésta si sus necesidades son distintas a lo que nosotros desarrollamos. Le estamos dando la potestad al cliente de decidir.

OT: El público de la exposición es testigo del proceso de elaboración de un logotipo. ¿Cuánto cambian las propuestas desde su elaboración hasta su aplicación final? Nosotros hemos trabajando la propuesta que creemos, no hay diálogos con el cliente. Hemos creído conveniente hacerlo de esta manera. Lo que dice Marcelo tiene que ver con el día a día del trabajo cuando existe un encargo. Nadie tiene acceso a los cambios que se realizan en el trayecto de un proyecto de diseño gráfico.

MC: Creemos que este proceso no debe permanecer oculto.

Registro de la muestra.

Fotografías de Natalia Sangucho y Tomás Bucheli.

 

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