Con o sin satélites desde las artes visuales. Reseña sobre Arte en Orbita

Con o sin satélites desde las artes visuales.

007La muestra Arte en Órbita inaugurada el sábado 7 de marzo en el Centro de Arte Contemporáneo de Quito, estuvo integrada por artistas y programas espaciales de diversas regiones como: Ecuador, Congo, Bolivia, El Salvador, Chile, Brasil, Palestina, Canadá, Colombia, Dinamarca, México, Corea del Sur y Uganda. En una entrevista realizada a sus curadores Fabiane Morais y Pedro Soler, comentaron que Arte en Órbita surgió como proyecto curatorial a partir de un debate que se generó dentro del Movimiento sin Satélite (MSST) en Brasil. Fue así como su fase investigativa y de gestión, acopió a esta gran cantidad de participantes que incluye países de la línea ecuatorial, aunque de otras regiones también.

La puesta en escena defiende el discurso de la democratización del conocimiento cosmológico sin distinción de clases sociales ni nacionalidades, pero también hace un llamado a la apropiación del espacio en una actitud contestataria, irreverente, iconoclasta, poscolonialista que arremete en contra de la hegemonía política-económica de países del primer mundo que a lo largo de la historia se han sentido dueños, conquistadores del espacio y de la información científica. Un ejemplo de ello es el hecho de que la línea ecuatorial se encuentra tomada por miles de satélites en el espacio y Arte en Órbita se erige desde el Ecuador, como respuesta a este conflicto hegemónico y ante el silencio gubernamental que no da respuesta a la Declaración de 1976 de Bogotá, la cual denuncia este hecho.

El espectador puede encontrarse en las salas expositivas una gran red social que saca a la luz un amplio panorama sobre lo que están haciendo muchos países desde la periferia. Es por eso que esta muestra constituye un gesto de descolonización por parte de las minorías, donde artistas visuales, hacktivistas y programas espaciales independientes integran una exposición multidisciplinaria desde un espacio simbólico para las artes visuales en el Ecuador, el Centro de Arte Contemporáneo de Quito.

Instalaciones, arte objetual, video arte, material cinematográfico, publicaciones, video instalación, escultura, sonido, diseño, entre otras; son algunos de los formatos que traducen ideas y conceptos como: el imaginario, los sueños, la integración, la ficción, la desmitificación, la sexualidad, la apropiación y también por qué no, la frustración; sin dejar de ser un proyecto optimista.

Dentro de la línea curatorial se plantearon tres tendencias, la primera: Escucha, está compuesta por obras que dialogan entre sí a partir de representaciones que aluden a la memoria ancestral prehistórica, los medios de comunicación y métodos constructivos. Como es el caso de Dibujador Cósmico Artesanal de Denise Alves (Brasil) y Kuna Pacha Sky Watcher de la artista chilena Carolina Ibarra. Esta última pieza es una escultura hecha en adobe, una especie de sección, pedazo de un pequeño planeta colgando de hilos, realizado en tierra cruda y cal; donde se aprecia un montículo y una torre de los mismos materiales. Este pequeño planeta recibe luz desde un dispositivo con energía eléctrica y mecánica que se ha creado en madera con un pequeño foco. La propia artista lo llama asentamiento arqueoastronomico y plantea que guarda relación con la cultura chamánica, la observación ancestral y la física cuántica. Esta escultura aparentemente ingrávida, colgada del techo con hilos casi invisibles, el movimiento rítmico del dispositivo que la ilumina, la época ancestral representada y la relación que se establece entre los dos objetos que conforman la obra; nos remiten a leyes físicas como: Ley de la Relatividad de Einstein, la cual plantea conceptos como: espacio, tiempo y atracción entre los cuerpos, elementos sugeridos en la visualidad y composición de la pieza.

Third World Sputnik de Simón Vega (Salvador) es otra de las obras perteneciente a esta primera etapa de la exposición. Esta pieza con un potente discurso político, pertenece a una serie titulada Tropical Space Proyectos. Recrea la tecnología espacial con cierto tono lúdico por el empleo de materiales reciclables y hace referencia a las aspiraciones de avance tecnológico desde América Central. Su título y la factura de la obra en sí misma, constituyen una parodia a la guerra espacial que se dio durante décadas entre Estados Unidos y La Unión Soviética. Dos acontecimientos históricos llevados a cabo por los soviéticos, cambiaron el curso de las ambiciones y conocimientos científicos. Pues el 12 de abril de 1961 sale al espacio la nave Vostok 1 con un ser humano a bordo por vez primera, el soviético Gagarin (Yuri Alekséyevich Gagarin); aunque ya anteriormente en 1957 la perra Laika había sido entrenada para subir a bordo del satélite soviético Sputnik 2. El programa Sputnik de la Unión Soviética lanzó en aquella época varios satélites con este nombre, es por ello que Sputnik se convirtió en un satélite antológico y por eso el artista hace referencia al Sputnik nuestro, el latinoamericano.

Esta dicotomía entre prácticas ancestrales desde el imaginario del hombre y conocimientos científicos es la tesis fundamental que plantea la primera sección de la muestra que incluye además, instalaciones con capturas de sonidos electromagnéticos como procedentes de satélites que el público puede escuchar cuando visita la muestra.

En la segunda fase de la exposición encontramos Agencias. Aquí se muestran varias de estas, como Kongo Astronauts y Palestinian Space Agency. Esta última se apropia de términos y de la visualidad cósmica pero funciona como proyecto artístico participativo. De esta manera nos habla del deseo, la frustración, la fantasía, la añoranza por lanzar alguna vez su propio satélite.

Carne Negra de la brasileña Leila Lopes Negalaize (activista afrofuturista) muestra una serie de fotos que resaltan o establecen semejanzas entre las formas y líneas curvas, espirales con partes sexuales del cuerpo femenino. Es así como se logra una relación erótica entre el cuerpo femenino de la mujer negra y referentes africanos con el mundo cósmico. Espacio sexuado, gracias a esta visualidad sensual, erótica; gesto asociado al posporno. Leila con esta serie de fotografías, expone un estudio de género, étnico, antropológico, sociológico, y crítico; que va desde la génesis de la cultura africana, la visión reduccionista y colonial del Otro, sobre la raza y la estética africana. Nos propone un universo imaginario, ficticio para reinventar y construir una lógica afrofuturista, inclusiva; donde la mujer negra deviene canon de belleza universal.

La Oficina de Asuntos Extraterrestres de Colombia intervino una pequeña habitación oscura recreando un escenario cósmico, extraterrestre, con esculturas en trajes dorados de cosmonauta y videos proyecciones de rostros con expresiones subnormales que conforman las figuras de estos personajes alrededor de un tambo: espacio sagrado para la sanación y armonización de los seres construido por los jaibanás chamanes del Chaco, Colombia (así rezaba una inscripción en la pared). Esta instalación logra representar un espacio donde no existe la fuerza de gravedad, gracias a las actitudes y poses de los cosmonautas. Luego al lado de esta escena también ubicaron en el piso una impresión en tela o cartón de una imagen de suelo extraterrestre y próximo a esta, una bandera americana. Ambos elementos con una visualidad muy simple, dispuestos en el piso con desdén. Actitud que contrasta con la factura y el acabado de la otra instalación más elaborada técnica y conceptualmente. En este conjunto existe una actitud crítica hacia la ambición de conquista que siempre ha caracterizado a Los Estados Unidos y plantea la idea del espacio como metáfora de lugar sagrado.

El tercer eje temático denominado Lanzamiento, muestra agencias reales que han podido materializar el sueño de llevar un satélite al espacio, como Ecuador con su nanosatétile NEE-01 Pegaso lanzado en 2011 por la Agencia Espacial Civil Ecuatoriana, Ulises I de México, OSSI de Corea del Sur creada por el artista Hojun Song, entre otras.

La última fase del recorrido funciona como lugar de debate y reflexión por la forma en que se ha diseñado el espacio, ambientado como sala de estar con asientos funcionales, utilitarios para sentarse, conversar y contemplar imágenes cinematográficas. También una sección de la pared quedó cubierta con posters de películas como 2001: Odisea del espacio de  Stanley Kubrick e imágenes cinematográficas en un televisor que también tratan sobre el mundo extraterrestre y/o la evolución del universo pero desde el cine.

De esta manera la muestra logra exponer diferentes enfoques, discursos y lecturas que versan sobre la idea de la identificación del hombre con el espacio físico y la apropiación de este como fuente de conocimiento exploratorio, binomio fundamental para entender la existencia misma y los procesos socioculturales.

La denuncia de las relaciones de poder hegemónico es la constante más visible en la muestra, pues hay una tendencia general hacia la resistencia cultural desde la memoria ancestral o desde la identidad nacional para corporeizar un país, una nación, una región que se siente excluida del campo del conocimiento. Aunque siempre reafirmando que en definitiva, el hombre desde épocas milenarias ya se comunicaba y avizoraba un mundo allá afuera.

Por: Maylín Alonso Castillo

Quito, 14 de marzo del 2015.

 Fotos : Estudiomorrón (Mateo Barriga y Christian Falcony)

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