Sombra que nos perfila, figuras, rastros
Encajados en retículas inmateriales
Encontrando la razón en este absurdo
Pensar la piel desde la webcam
Cuerpos que se reacomodan
Reflejos desde el eco lejano
Máscara/pantalla negra
Simultáneos y múltiples
Distorsiones de nuestras proyecciones/evidencian síntomas de lejanía
En el Taller de Estrategias Contemporáneas del Arte de este semestre, hemos detectado nuevas vías de circulación para pensar(nos) a partir de nuestro ejercicio. El día a día, modificado por la pandemia COVID19, se ha asentado, ya no se asemeja a una neblina que distorsionaba nuestras miradas, sino que más bien, forma ahora el suelo desde el que nos plantamos para germinar nuestras ideas.
Hay quienes regresaron su mirada hacia las sombras que proyectamos, esas que nos perfilan y que sirven de referencia para comprender nuestras figuras. Nos dimos cuenta que somos, en tanto nos despojamos de nuestros rastros en cada suceso, ahora encasillados en retículas inmateriales pero contundentes, intentando quebrarlas para alcanzar nuestra otredad.
Tuvimos la misión de navegar en lo absurdo, sin brújulas que nos orienten más que el eco lejano que generamos a través de la pantalla negra. Nuestra piel al detalle, pero fría (distante) al tacto que, transmitida por webcam, demanda nuevas marcas.
Este semestre acogimos nuestras nuevas cualidades, jugamos con nuestra simultaneidad y multiplicidad, somos distorsiones de nuestras proyecciones, llevamos nuevas máscaras para realzar nuestra humanidad y nuestro cuerpo emite síntomas de reacomodación.
Estamos cambiando aceleradamente y en este taller, evidenciamos esos delicados cambios de revolución.
A continuación, cada una de las rutas de los participantes del taller:
Gabriel Espín hizo uso de la escultura como relato de la salud mental, de las emociones y su manifestación como síntomas en el cuerpo.
María Paula Granda nos acercó a la piel como memoria, documento y registro. A partir de su práctica del tatuaje, elevó la experiencia del proceso, como ritual de apego.
Francesca Fruci realizó una extensa expedición, partiendo del absurdo y una mirada infantil, para adentrarse en la captura del azar y desembocar finalmente en una experiencia de sinestesia compartida con su madre.
Adriana Luna se movió entre ciclos, nos habló de la fina línea entre el color de la piel plasmada en la pantalla, para luego colocarse como sujeto de estudio en ciclos exacerbados por el encierro y sus sombras, que buscaban extralimitarse del espacio de su habitación.
Mateo del Pozo propuso una extensa reflexión a partir de la transparencia, el cuadrado como contenedor, pero a su vez, como marginador, materializando estas ideas en la pintura.
Julián Centeno se desplazó desde la virtualidad hacia lugares remotos, buscando en ellos puntos de cercanía a partir de las divinidades y de la máscara, como concepto ambivalente de identidad.
Carmen Burbano exploró el error del archivo digital como un aliado en la poética de su obra, que valió como catalizador de su cotidiano y visibilizó las distorsiones que se manifestaron en su aquí y ahora.
Michael Sandoval, La Naturaleza en su espacio
Michelle Taisapanta, In magina
Michelle Taisapanta partió desde el reflejo, como una dimensión quizás más apropiada para acercarse a la realidad, sin caer necesariamente en una conclusión sino más bien, dejarse mover entre sus cambios: ¿Cómo vemos?
Su planteamiento final se suscita emergente, la mascarilla que ahora usamos parece enmudecernos, Michelle la interviene como objeto de denuncia.
Michael Sandoval, insistente, nos mostró la nostalgia del rastro natural en un territorio urbano gris, extraño por la pandemia, que de alguna manera nos pide recomponerse a partir de sombras contundentes.
Ernesto Salazar
Profesor de Taller de Estrategias Contemporáneas del Arte – Nivel 5
Link a exposición: http://www.laselecta.org/2020/12/reciprocidad-complementariedad/
