De Pandemias, Educación y Cultura

El Covid-19 ha dejado ver algunas cosas que ya antes de la pandemia eran manifiestas, una de esas es la incapacidad de gobierno para afrontar la administración del país. Si la crisis sanitaria exigía medidas urgentes y organizadas, la respuesta del gobierno fue insuficiente e improvisada: anuncios contradictorios y poca capacidad resolutiva frente a la coyuntura. Lo acontecido en Guayaquil no solo demuestra el colapso del sistema sanitario por falta de recursos y precariedad del trabajo del personal de salud, sino también, indolencia e irresponsabilidad desmesurada del gobierno central y del Municipio de esa ciudad. Enfermos que pasaron un vía crucis para ser recibidos en una clínica, gran parte de ellos no fueron atendidos y tuvieron que tratarse en sus casas, familiares de fallecidos que velaron a sus deudos hasta por siete días y otros que tuvieron que buscar en las improvisadas morgues a sus muertos abriendo las fundas de una en una.[1] Esas mismas fundas para cadáveres se compraron a sobreprecio y fueron parte de los múltiples escándalos de corrupción que salpicaron al gobierno durante toda la crisis sanitaria: Fundas para cadáveres, mascarillas, trajes de bioseguridad, canastas de víveres, la vida (y la muerte) de ecuatorianas y ecuatorianos como oportunidad para el chanchullo y el negociado.

En este texto no es posible profundizar en la corrupción, la desinformación y las cifras poco claras con el que el gobierno ha manejado la crisis, ni tampoco en las ínfimas medidas paliativas del Estado para proteger a la población.[2] tampoco podemos indagar en las nefastas consecuencias sociales de las medidas económicas para los sectores medios y populares. Ciertamente, tampoco vamos a hablar a fondo del nulo aporte de los sectores más pudientes de la sociedad y en la omisión del cobro de impuesto a las empresas deudoras del Estado. En este texto, nos queremos centrar en dos ámbitos en los cuales estamos involucrados, y que también se afectarán por las medidas implementadas por el gobierno, nos referimos al sector cultural y al sector educativo. El anunciado recorte presupuestario a las universidades y la fusión del ICCA ( Instituto de Cine y Creación Audiovisual) y el IFAIC (Instituto de Fomento a las Artes, Innovación y Creatividad), se han presentado desde el aparato mediático del gobierno como una estrategia necesaria e inevitable para la recuperación económica del país; estas medidas más que ayudarnos a paliar la crisis sanitaria y económica son parte del combo o paquete de medidas dispuestas por el gobierno para seguir con una ruta ya trazada, una senda dispuesta por el FMI con quien se firmó un acuerdo el 20 de febrero de 2019, cuyas cláusulas y condiciones nunca se han transparentado.[3]

Hay que recordar que los intentos más drásticos -en cuanto a las medidas económicas por parte del gobierno- se propusieron en octubre de 2019, motivo por el que se suscitó el Paro Nacional que le obligó a dar marcha atrás. Más allá de estar de acuerdo o no con las medidas propuestas en octubre, lo que quedó claro, es que existe una tensión y malestar social que se ha ido incrementando paulatinamente. Moreno ha tratado de implementar medidas económicas de corte neoliberal y de protección a los grandes capitales y la pandemia se convierte en la mejor oportunidad para consumarlas[4].

¿Porqué es importante sostener la educación pública? Lo que vamos a decir puede parecer algo obvio, pero es necesario repetirlo una y otra vez para volverlo a enunciar. La educación pública es importante porque da el acceso a la educación a jóvenes de escasos recursos que sin esa entrada a la educación superior no tienen ninguna posibilidad de movilidad social, es necesario defenderla porque el Ecuador es un país con desigualdades históricas y taras coloniales que persisten y atraviesan las relaciones entre las clases sociales. Al limitarse la educación pública, el número de personas que tienen acceso a la educación se reduce, con graves consecuencias que se reflejan en el crecimiento de la pobreza en el país, y empeoramiento de la crisis social que ya se encontraba en un punto álgido antes de la pandemia y de estas decisiones gubernamentales. Es claro también que la educación es un proceso excluyente y bajo estas nuevas medidas se torna aún más en un privilegio disfrutable solo para las personas que tengan los recursos económicos para pagarlo. El único camino que se puede vislumbrar es el reforzamiento de estas taras clasistas y la perpetuación de la desigualdad social y su consiguiente abuso de poder. Por esas y otras taras como la corrupción y el regionalismo es necesario defender la educación. Hay que defender la educación pública y de calidad, hemos constatado como en las redes sociales hay un ejercito de trolls y un tropel de pseudo periodistas, que han tratado de poner en tela de juicio la necesidad de la educación, el discurso de la optimización de recursos y de los sueldos millonarios de los rectores es falaz, ya que un rector de una Universidad Pública ha pasado por un proceso de formación riguroso que le permite estar en esa posición. Recordemos que en octubre ese mismo grupo de «líderes de la opinión pública» deslegitimaron la movilización del movimiento indígena y los sectores populares.

Fortalecer lo público es importante, la pandemia ha dejado claro esto. Países que se han preocupado por la salud pública han podido resistir los momentos más críticos del Covid-19, mientras que Lenin Moreno ha seguido recetas neoliberales que han reducido la capacidad de respuesta del sistema de salud.

La misma reflexión sobre lo público es necesario aplicar a la educación y al campo de la cultura, otro sector de la sociedad que ha sido golpeado por las medidas de Lenín Moreno. La cultura siempre ha sido vista por este y otros gobiernos como un divertimento, espectáculo, y como una herramienta proselitista en tiempos de campaña electoral. Basta nombrar el video con el que el gobierno promociona la paliativa ayuda a la cultura, para dimensionar el desconocimiento y la subvaloración de lo cultural en el contexto del Ecuador, bellas artes en paisajes del siglo XIX como imagen de lo artístico- cultural. El sector de la cultura siempre ha sido el último en ser atendido y uno de los primeros afectados por las crisis. En el contexto de la actual crisis sanitaria, creemos que las medidas asistencialistas propuestas por Lenin Moreno no aplacan la situación vulnerable de las y los artistas, ni el recorte en los ínfimos presupuestos en cultura representan sumas gigantescas para el Estado. Hay que entender que la «optimización» de recursos propuesta al fusionar el IFAIC y el ICCA atentan contra una institución (el ICCA) que se ha formado por una demanda de varias décadas de los cineastas. En un país que ha sufrido un desmantelamiento continuo en su institucionalidad es triste ver que las pocas instituciones culturales que funcionan desaparezcan o estén en riesgo de desaparecer. Lo mismo sucede con la Universidad de las Artes, que más allá de los directivos a cargo, es un proyecto interesante e importante para el país ya que da la posibilidad de tener una educación artística de calidad a jóvenes de sectores populares.

¿Ahora qué le queda a la cultura y a la educación en general de este país? ¿Es acaso el espacio de resistencia ante este momento oscurantista que estamos atravesando?. Las únicas políticas culturales que entiende el gobierno son las que se relacionan con el turismo, asociada al folklore y al baile típico; educación en cambio, significa para este y otros gobiernos, formar personas que se integren al aparato productivo sin el ejercicio del pensamiento crítico.

Con estos recorte y medidas a la educación y a la cultura se devela un problema estructural que carga la clase política del país. Una clase que no está preparada, corrupta, inoperante, improvisada y negligente, que toma decisiones sobre cosas que no dimensiona ni entiende. La actual «élite» política que alguna vez cuestionó al poder en los veinticinco años de regreso a la democracia, preguntó ¿Quién jodió al país? Pero al parecer esa pregunta solo fue un capricho de juventud, generada desde algunas lecturas marxistas leídas en el contexto de una educación privilegiada. Esos jóvenes rupturistas que ahora son el poder han olvidado totalmente la importancia de la educación pública y la relevancia de la cultura. Poco se puede esperar de un presidente de la República que ha demostrado públicamente su limitada capacidad reflexiva y que a toda luz demuestra que no tiene dentro de su propio gabinete poder de decisión, peor aún, de propuesta frente a la crisis y al empobrecimiento del pueblo. El temor de su propia incapacidad se refleja en los únicos presupuestos no recortados, policía y ejército.

La crisis de este país no es solo culpa de este gobierno, gastos desmesurados durante los diez años de Revolución Ciudadana, crisis y corruptelas continuas han azotado a “nuestro Ecuador del alma” durante toda su vida republicana. Pero al igual que los anteriores gobiernos que tienen una vela en este entierro, es necesario hablar de la responsabilidad concreta del gobierno de Moreno ante la debacle social que se aproxima. ¿Esa será la carta con la que pasará a la historia y a la memoria de este país? Un país que olvida con demasiada frecuencia, pero que se levanta cuando es necesario.

Jaime Sánchez, Manuel Kingman

23 de mayo de 2020.

  1. Para tener una dimensión de lo que sucedió en Guayaquil se puede escuchar el Podcast de El Hilo , un programa periodístico “Vienen a morir”: el colapso de Guayaquil” publicado el 10 de abril en el que se dimensiona la crisis humanitaria en Guayaquil. ?
  2. En un programa de Wambra Radio publicado el 6 de mayo la Economista Gabriela Montalvo debatió sobre la desprotección del gobierno a la población y las consecuencias sociales en el contexto de la Pandemia. ?
  3. En este link se puede leer la noticia donde se anuncia el mencionado acuerdo https://www.elcomercio.com/actualidad/ecuador-alcanza-acuerdo-tecnico-fmi.html ?
  4. Según Juan Ponce director de la FLACSO en una entrevista ofrecida a Diario El Comercio, nos recuerda que la reducción del presupuesto a la educación pública en este gobierno ha sido sistemática y que ya existieron recortes en el 2018 y 2019, sumado con el nuevo recorte el monto de perjuicio a la educación pública es de 300 millones. https://www.elcomercio.com/actualidad/recorte-presupuesto-universidades-cidh-emergencia.html. ?