Intervención artística a los Toros de Colores

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El proyecto Toros de Colores consistió en la exhibición de 32 esculturas de toros a tamaño real pintados por 30 artistas ecuatorianos. Durante un mes los transeúntes tuvieron la oportunidad de admirar, entre otros, al “Toro farroso”, el “Toro torero”, el “Todopoderoso”, el “Tauromagia con verde esperanza” y el “Toro enamorado de la luna y la jaguar”.

Desde la perspectiva mediática, se puede concluir que este fue un proyecto exitoso, ya que la cobertura televisiva y de medios impresos así lo demuestra. Las reseñas elogiaron la calidad artística de los trabajos, el renombre de los artistas que intervinieron, la naturaleza filantrópica del proyecto (el 70% de lo logrado por la subasta de los toros se donará para planes relacionados a la educación pública), así como el carácter novedoso de exponer arte en la calle para que éste sea accesible para la comunidad.
No obstante, más allá de estas características, es importante resaltar que el proyecto está armado con base en una receta internacional, y que, tal como ocurre con las franquicias de comida rápida, interesa la garantía de éxito que el manejo de ciertas pautas previamente establecidas pueda asegurar a los inversionistas, a los artistas y a los organizadores. De ahí que el resultado de la unión entre franquicia, filantropía y arte de como resultado un producto estandarizado, amable, no crítico, y un espectáculo infalible tanto para el agrado del público como para el interés de los medios.

En tanto emblema utilizado, la figura de los toros de lidia plantean un problema de representación. ¿Por qué se escogió a los toros como símbolo de la ciudad? (notemos que así como en Berlín se utilizó el oso, en Quito se escogió el toro). Marjorie de Espinosa, directora de Publipromueve, empresa coorganizadora del evento, en una entrevista publicada en Vistazo dice: “La comunidad y los artistas escogieron al toro como el animal representativo del país. Tiene raíces profundas en la cultura ecuatoriana por su fortaleza”.

Seguramente el único vínculo que se puede tender con la figura del toro como representante de una identidad es la que se construye en las corridas, por lo tanto, el asumir al toro como representativo de una ciudad y un país, en este caso por medio del proyecto Toros de Colores, implicaría aceptar que las corridas de toros están entre las preferencias sin discusión de la población mayoritaria, cuando, en el caso de Quito, el 72% las desaprueba.

La intervención realizada por La Selecta Cooperativa Cultural consistió en “aplicar” una sombra de papel negro con manchas rojas en el lomo, a los toros que estuvieron expuestos en la Plaza de los Presidentes (no dañamos ninguno de los toros, ni siquiera los topamos, las sombras fueron en el piso, junto a ellos). Frente a un proyecto magnificente nuestro trabajo fue de presupuesto mínimo: dibujamos, pintamos y recortamos las sombras de los toros, y el domingo 9 de noviembre a las 17h00 las pegamos con la ayuda de varios amigos.

El proyecto no tuvo permisos municipales ni coberturas mediáticas, sin embargo, fue interesante hacerlo. El objetivo fue proponer un arte crítico e invitar a la reflexión dejando a un lado la mera contemplación estética del espectador. Esperamos que los dos días que se mantuvieron pegadas en el piso las sombras de los toros hayan provocado el interés por pensar y repensar nociones tan difíciles de determinar como la del arte público y la de la representación de identidades por medio de efigies.

La Selecta
Cooperativa cultural

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