Geografías Vol.1 Estudios del paisaje de Gonzalo Vargas M.

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EXCURSIONES FOTOGRÁFICAS DE GONZALO VARGAS. Por Eduardo Carrera.

Desde el romanticismo, es interpretación corriente considerar que la naturaleza y el paisaje poseen la estructura primitiva de toda búsqueda de conocimiento, de lo real, de sí mismo, del destino, de lo incierto, siendo por consecuencia trama metafórica de la existencia. Ese valor simbólico de búsqueda de la verdad, del sentido del mundo y de su geometría que la tradición artística le atribuye al paisaje, se encuentra en gran parte de las fotografías de Gonzalo Vargas. Esta sugerencia mítico épica inherente al territorio, impide apreciar las obras de esta exposición sólo como resultantes de una voluntad meramente documental o representativa del paisaje; las fotografías de Gonzalo juegan poéticamente con el tema de la expedición y de la búsqueda, así como sobre las identidades borrosas de territorios o paisajes misteriosos, la recurrencia del mar, los árboles, las montañas, el cielo, la arquitectura y otros elementos naturales, son protagonistas importantes en su más reciente exposición: Geografías.

El objetivo de esta muestra es poner en escena distintos grados de lo sensible de la naturaleza: su espacialidad y temporalidad a través de la fotografía y el estudio del paisaje. Las fotografías expuestas revelan el conocimiento de Vargas de una tradición pictórica, en las que no faltan alusiones a grandes pintores como El Bosco y Hockney, o a la obra de artistas ecuatorianos como Rafael Salas, Rafael Troya y Pablo Cardoso.

Las obras expuestas no pueden ser leídas, ni como un documento, ni como un discurso lineal que concluye y aparenta sentenciar una verdad; sino como nuevos interrogantes y, por qué no, diferencias en el momento de pensar el acto fotográfico y el paisaje. Citando al artista, “cabe entender que si bien la experiencia del acto fotográfico podría considerase como documental, al re interpretar las imágenes se está incurriendo en una re significación de lo indicial, otorgándole un valor simbólico a lo contenido en la imagen”1. En ese sentido las fotografías de Vargas se alejan de las nociones pre concebidas sobre la fotografía de paisaje, para acercarse más a la idea de una puesta en escena pictórica. El artista habla de un paisaje intimo, natural y social, donde los modos de vinculación con su entorno delinean la poética del acto fotográfico donde busca capturar un paisaje pictórico. Es decir que un paisaje que guarde en su contemplación un ejercicio pictórico puede ser capturado como tal a través de la fotografía.

El estudio del paisaje en la contemporaneidad ha surgido como resultado de una fuerte dosis de carga cultural y de una voluntad estética, pero también de una serie de  fenómenos perturbadores: sus radicales afecciones por el cambio climático, extractivismo, desarrollismo, o el inicio de una contaminación electromagnética. Las fotografías de Vargas permiten interpretar en términos culturales y estéticos las características de un territorio cruzado por estas lógicas. Una de las indagaciones del artista es la relación naturaleza-progreso, que se expresa en la expansión de las fronteras urbanas de las sociedades latinoamericanas y en la explotación de la naturaleza; por ejemplo la serie Ruta (2015) en donde la relevancia del paisaje como recurso para el desarrollo económico es incuestionable y queda patente en distintas formas. Por otro lado, Cantera (2015) es el  retrato de un espacio intervenido con fines de extracción de ripio y arena, materiales indispensables para la construcción que durante el último tiempo ha sido mayor que en otros momentos de la historia. Estas intervenciones demuestran la huella del desarrollo en el paisaje.

La serie Paraísos Artificiales (2008 – 2013) y Montaña/Mar (2014), remiten a la tensión irresoluble entre la naturaleza del hombre y su lucha por arrancársela. Estas imágenes son el reflejo de paisajes homogeneizados. Si bien los espacios no son idénticos, las particularidades y peculiaridades propias de estos se muestran muy similares. Esta similitud no tiene que ver con la homogeneización de las ciudades, sino que, por el contrario, está relacionada con propuestas urbanas y arquitectónicas estandarizadas.

En la serie Geología (2007) las fotografías se convierten en una suerte de registro de una nueva capa geográfica de fragmentos de la historia reciente de la ciudad de Buenos Aires. Vargas se interesa en un lugar especifico, la Reserva Ecológica de la ciudad,  y retrata un segmento de rocas, piedras, restos de construcciones, que en su esencia guardan una historia trágica marcada por los acontecimientos suscitados durante el del Gobierno Militar de la Argentina de los años 70s y 80s. Las fotografías muestran el resurgimiento de la naturaleza entre los escombros de una ciudad derruida.

En Cero Postales (2012) los fotógrafos (Gonzalo Vargas y Esteban Pastorino) transitan lugares de Ecuador y España a través de la fotografía. Las imágenes son testimonios de territorios visitados por los artistas y extraen la experiencia de un viaje a través de dos miradas. Esta serie nos invita a reconstruir los trayectos y a ser acompañantes del viaje, para así aportar una tercera mirada sobre lo acontecido. 

La serie Pagano (2013 – 2014), es un ensayo visual que ofrece una mirada a la naturaleza desde sus deidades y sus espíritus. En estas fotografías, no solo se elimina la idea de un dios único, sino que se refuerza la presencia de la naturaleza como una deidad. Algunos cultos precristianos con fuerte peso femenino han sido interpretados desde la antropología por la existencia de fenómenos naturales. La pervivencia, muchas veces sincretizada, de estos cultos lleva consigo lo matriarcal, la madre tierra. Es a partir de estas lógicas que Vargas propone al espectador conectarse con la naturaleza a través de las fotografías expuestas; retrata a los espíritus del territorio que son seres que no tienen cuerpo físico sino que emplean las energías telúricas de la Tierra para manifestarse. Cada fotografía lleva una misión especial, una forma de acción, de energía y de construcción del mundo que habitamos.

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Publicación digital. 27 pág. Editorial La Selecta – Cooperativa Cultural. 2015. Con textos de: Eduardo Carrera, Juan Ramón Barbancho y Gonzalo Vargas M. Diseño: Adrián Balseca.

ISBN: 978-9942-20-957-3

 

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